literature

HDA Fanfic FUEGO Y ESCARCHA Cap.17 (II)

Deviation Actions

ShinyWings1's avatar
By
Published:
1.8K Views

Literature Text


Capítulo 17: ¿Confías en mí? (II)


Apoyó una mano en el suelo y dio un par de saltos más para dejar algo de distancia entre ellas y poder ver bien a su oponente. Ésta tenía una puntería envidiable, eso estaba claro, ya que había estado demasiado cerca de acertarla. Vestía una armadura, quitándole posibilidades a Jack de dañarla con golpes físicos, reduciendo cada vez más sus opciones contra ella. Sopesó un poco las opciones de ganar y decidió cambiar el punto de vista cuando esquivó por los pelos un ataque de fuego de su adversaria, mirándolo por "posibilidad de salir con vida".

Probó a acumular algo de magia en cuanto la vio dar un paso en su dirección, seguido de un impulso para coger velocidad y asestar un golpe contra ella mientras corría, jugando con su potencia de ataque y el incremento de daño que le aportaba su rapidez, pero algo se lo impidió. "Vale, ahora sí estoy en un problema", se dijo, antes de cruzar los brazos para detener un puñetazo y saltar de nuevo hacia atrás para esquivar la espada de fuego, la cual rozó ligeramente la capa.

Deyanira soltó una maldición por lo bajo. No contaba con la anchura de la tela y había calculado mal lo honda que debía ser la estocada para acertar su cuerpo. No volvería a pasar.

Jackie trató por todos los medios de crear un muro o una placa de hielo, cualquier cosa que pudiera darle algo de tiempo para pensar un plan, pero la magia del ámbar de fuego funcionaba como una burbuja, aislando a ambas partes de la temperatura, y no le permitía usar magia gélida. Su oponente era fiera pero precisa, iba a costarle salir ilesa y lo tenía muy claro, pero tampoco estaba preparada para comenzar a recibir golpes por lo que, cuando llegó el primero de ellos en el estómago, reprimió un grito de dolor. Al escozor del golpe tuvo que sumarle el impacto de la caída al suelo, antes de ponerse en pie para evitar que la atravesara con el arma de fuego mientras estaba en tierra.

A Deyanira no se le pasó por alto el hecho de que aquella chica no era como ellos. La cabellera blanca era el primer indicio, seguido del hecho de que no absorbía los ataques de fuego como un fuego elemental haría, sino que los esquivaba y temía, llevándola a pensar que tenía algún tipo de "miedo" o "intolerancia" al fuego. No era humana, pues la chica rubia era la última de su especie en todo AAA. Tampoco era una persona normal y corriente, pues no todo el mundo podía entrar en el Reino de Fuego, pero no era una cristalina, como lo eran los habitantes del Reino de Cristal; entonces, ¿qué era exactamente?
En un caso normal, se lo habría preguntado tras hacerla retroceder, pues era fundamental conocer a tu oponente e identificarlo de "amigo" o de "enemigo", pero aquel no era un caso normal, esa chica le había hecho algún tipo de daño a su hermano y estaba dispuesta a hacérselo pagar muy caro, sin diálogo de por medio.

A Jacqueline cada vez se le hacía más complicado soportar los golpes sin chillar de dolor. Debía pensar algo, y rápido.

La capitana de la guardia la analizó de nuevo tras asestarle otro puñetazo con la mano que no sostenía la espada. Pelo largo, capa y pies descalzos. Hábil en la defensa, ágil y rápida, pero físicamente débil en lo que respectaba a masa muscular, no podría usar el peso en su contra. Se preguntó por qué se limitaba a la defensa, si podía parar sus golpes, podría haber contraatacado... Claro que no iba a dejarle una oportunidad de hacerlo, tampoco.
La tela de la capa la estorbaba y, si la hacía caer, el pelo largo y suelto era una molestia para su oponente. Si la acorralaba, no importaba lo rápida que fuera, podría derrotarla aunque le costara un poco más por la buena defensa que resultaba tener.
Realmente, estaba sorprendida con ella. La mayoría de la gente no duraba tanto en un combate contra la capitana de la Primera división de la Guardia Real, sin embargo, se notaba que no había tenido un entrenamiento físico ni prolongado ni demasiado extenso, ya que sus movimientos eran algo indisciplinados e inseguros, guiándose por instinto y por desesperación en vez de por precisión y práctica.

Por fin, Jack logró imprimir algo más de energía en su magia y comprobó, con satisfacción, que podía lanzarla fuera de aquella "burbuja mágica" sin problemas. "Bien, necesito tiempo para pensar y es rematadamente tenaz, he de hacerla caer y que pierda la espada. Pero debo evitar que toque el hielo, es la hermana de Flame y mi elemento daña a la gente como ellos, no quiero herirla".
Creó entonces un muro de hielo ante ella y éste recibió una potente estocada de la espada de fuego en vez de ella, dándole un segundo para espaciar la distancia que las separaba. Jacqueline no tardó en descubrir lo rápido que el hielo se licuaba hasta evaporarse en el Reino de Fuego y el enorme desgaste de energía que suponía crear algo tan resistente como para mantenerse intacto más de dos segundos.

"Hielo... ¿Cómo es eso posible? ¿Qué y quién es ella, exactamente?", pensó Nira al ver la pared del gélido elemento alzarse mágicamente ante ella.
Al otro lado del muro, la vio intentando recuperar el aliento y se permitió dos segundos para pensar una estrategia. Sus dos opciones eran la capa o el pelo.
Si usaba la tela de la capa y la anchura de ésta en su contra, podría arrinconarla con facilidad contra las rocas. Y si la hacía caer, el pelo le estorbaría la visión, por lo que jugaba con ventaja si le hundía la espada mientras estaba en el suelo.... No. Vencería a aquella mocosa de pie, definitivamente.
"La capa", decidió rápidamente, antes de lanzarse de nuevo a la carga cuando la barrera de hielo se hubo evaporado por completo, espada en mano.

Flame estaba estupefacto, sin poder reaccionar. Siempre le había causado ese efecto ver combatir a su hermana, pero el ver a Jack en peligro de muerte lo puso muy nervioso.
Sabía que Deyanira no iba a detenerse por piedad si creía que la joven de escarcha le había hecho algún daño, cosa que seguro había malinterpretado al verlos antes, por lo que trató de que sus piernas le respondieran a una sencilla orden. "Muévete".

"Doce" contó Jack, reprimiendo por enésima vez un grito, cuando el puño rodeado de fuego de Deyanira impactó con fuerza en su mejilla izquierda. A partir del segundo golpe se había mentalizado de que al día siguiente estaría llena de moratones... si no muerta, viendo la fiereza con la que su adversaria atacaba y lo cerca que estaba siempre de atravesarla con la espada.
Le costó ver sus intenciones de usar la capa en su contra, pero no era demasiado tarde para usarlo a su propio favor. En cuanto Deyanira agarró la prenda con fuerza, Jack se zafó, agachándose y agradeciendo mentalmente que la capa le estuviera enorme, librándose de la prenda y dejando a la capitana con la tela en la mano, utilizando ese tiempo para correr.

-¡Nira, para!- gritó Flame, al fin, saliendo de aquel absurdo estado de shock, corriendo hacia su hermana.

Ésta lanzó a un lado la tela anaranjada con rabia, antes de apartar bruscamente a su hermano menor de su camino y salir tras su oponente.
Increíble. Aquella niña lo había visto venir y se había burlado de ella dándole la vuelta a la idea de utilizar la molestia de la tela en su contra.
Sin embargo, analizó de nuevo la situación y sonrió interiormente al darse cuenta de lo favorecedor que había sido aquel movimiento, pues la chiquilla ahora estaba acorralada contra el lago de lava. Aquello no acababa aún.

Jack jadeó, oyendo su propio corazón martillearle el pecho con fuerza, disparando su pulso junto con la adrenalina de la batalla.
Se dio cuenta de que no había calculado el tiempo de respuesta de su contrincante y no le había dado tiempo a llegar al arco de roca volcánica. Estúpida. Se había acorralado ella sola contra el lago de lava.
Vio a su amigo tratando de detener a la incansable mujer de fuego, sin éxito alguno, y sólo pudo retroceder un poco más cuando la vio acercarse a toda velocidad hacia ella.

Ejecutó dos estocadas con la espada antes de atacar con el puño. Si jugaba bien sus cartas, la niña estaría muerta antes de caer a la lava.
Sorprendentemente, la chica de pelo blanco, esquivó ambos intentos con el arma y apenas fue rozada por su golpe físico, por lo que decidió cambiar radicalmente de estrategia cuando la vio lo suficientemente cerca de la orilla tras obligarla a retroceder otro tanto.

Iba a hacerla caer. Ya no había duda.
Conocía lo suficientemente bien a su hermana como para saber lo que tendría en mente en aquel preciso momento y no podía quedarse quieto y dejarla acabar la batalla.

Si caía en la espesa lava, sería su fin. No había nada que pudiera protegerla de aquella temperatura tan brutalmente drástica para ella. Si caía, estaba acabada.
No pudo prever el cambio de estrategia de la capitana y se maldijo por aquello cuando su oponente pasó de atacar su parte superior a centrarse en sus piernas.
Sentir la hoja de la espada alojada en su cuerpo por un instante fue una de las sensaciones que Jacqueline Frost preferiría no haber experimentado jamás. El filo se hundió en su piel, lacerándola gravemente y produciéndole una quemadura al momento. Su pierna derecha sangró irremediablemente al recibir el profundo corte y aquella vez fue inevitable que la joven lanzara un grito al aire, chillando de dolor.

El corazón de Flame se paró por un instante al oír su voz desgarrar el aire en un grito agónico.

Deyanira se mantuvo impasible y continuó en su empeño por intentar tumbarla.

El sonido de su propia voz gritando le sonó extrañamente doloroso. Apoyó la pierna izquierda para intentar mantener el equilibrio, pero la capitana continuaba hostigándola, por lo que poco pudo hacer contra ella, herida como se encontraba. Falló al posar la pierna herida en el suelo para tratar de mantenerse en pie y erguida, perdiendo la poca estabilidad que le quedaba, comenzando a caer sin remedio. Sin embargo, no cayó al lago de ardiente magma.

Flame logró asirla por el brazo, tras llegar junto a ella fundiéndose con el fuego lo más rápido posible. Tiró de su pequeño brazo hacia sí mismo con fuerza, desviando la trayectoria de su caída.
En aquellos momentos, la joven era un peso muerto, y al chocar contra él, no pudo mantenerlos a ambos en pie, por lo que la rodeó con los brazos antes de que ambos rodaran por el duro suelo de piedra, protegiéndola del impacto con su cuerpo.
Rodaron por tierra unos cuantos metros antes de frenar. Cuando se hubieron detenido, FP no tuvo tiempo de respirar tranquilo, desenvolvió su abrazo para poder comprobar si la chica de escarcha estaba "bien", ya que tras los golpes recibidos no podía estar demasiado ilesa. La dejó cuidadosamente en el suelo, bajándola de encima suyo con cautela para no herirla más. Se incorporó y buscó su mirada, ansioso.

-Jack, ¿estás bien?- Por supuesto que no lo estaba, pero no encontraba ninguna otra frase coherente debido a la angustia que lo recorría por dentro.

-Justo a tiempo- dijo ella, en un hilo de voz, mientras sus comisuras formaban una sonrisa débil, tratando de incorporarse también en el suelo.

-Menos mal...- entonces se permitió inspirar aire con calma, tratando de relajarse un poco. Tampoco pudo hacerlo esta vez, ya que no tardó en darse cuenta de la sangre que manaba de la herida de la joven.- Espera, no te esfuerces- le dijo, deteniendo su intento por sentarse recta.- Hay que curar eso, parece bastante grave.

-Estoy bien, sólo es un rasguño...- trató de quitarle importancia, pero cuando Flame rozó mínimamente el corte, tuvo que morderse el labio inferior con fuerza para no gritar de nuevo, sacudida por un intenso dolor.

-No es "sólo un rasguño", Jackie. Es profundo y la quemadura de alrededor no tiene buena pinta.- sentenció, serio.

-No sabía que eras médico- intentó quitarle hierro al asunto, pero la pierna le escocía horrorosamente y la visión de la sangre que comenzaba a acumularse y a ensuciar sus ropas era desagradable.

-No lo soy, pero es muy fácil notar que no es nada leve.- sin decir una palabra más, se levantó y se hizo con la capa que le había dado al inicio de la noche, antes de volver a sentarse a su lado, examinando por enésima vez la herida.- Primero hay que hacer que deje de sangrar. ¿Puedes usar tu magia para curarte?- le preguntó. Se dijo que cuanto más calmado estuviera, menos nerviosa la pondría la visión de la sangre, ya que había notado el dolor que le producía sólo verla.

-No creo, el collar me impide producir magia gélida y la neutral, como lo es la curativa, no sirve para impedir que brote tanta sangre como... esto...- dirigió una mirada rápida de nuevo a su pierna y trató de incorporarse, pues tumbada se estaba poniendo de los nervios, pero al hacer eso, se movía inevitablemente todo su cuerpo y reprimió otro grito.

-Estate quieta, ¿quieres? Vas a empeorarlo si te mueves ahora.- la reprendió.

Jack sólo resopló y se tumbó de nuevo, ansiosa. Se abstuvo de replicar para no aumentar la inquietud.

-Flame... ¿qué estás haciendo?- Deyanira no salía de su estupor, avanzando lentamente hacia su hermano.- No debes ayudar al enemigo en una lucha.- su tono de voz se endureció.

-Es lo que trataba de decirte, no es mi enemiga.- respondió, tranquilo, sin apartar la vista de su amiga.

-Pero...- por primera vez en mucho tiempo, no encontraba una sola palabra que articular.- ¿Qué?- fue lo único que acertó a decir, atónita, mirándolo desde arriba.

-Si no puedes curarte por el collar, deberías quitártelo... pero aquí no puedes hacerlo.- ignoró totalmente a su hermana, volviendo la atención a la joven de escarcha.

-Una vez en las praderas será mucho más fácil emplear mi magia para curarla.- continuó ella.

-Pero no puedes moverte sin contener las ganas de gritar de dolor. Hay que tratarla antes de que pierdas mucha sangre y no te puedes mover de aquí.- le recordó.

-Pero...- quiso replicar, pero su amigo volvió a acercar la mano a la herida y se la apartó bruscamente, incorporándose de golpe.- ¡Eso duele!- lo cierto era que el moverse de súbito le había dolido incluso más, pero no lo mencionó para evitar darle la razón de nuevo.

-Jack, no puedes irte a casa con esto así, es un corte profundo y hay que curarlo ahora, lo quieras o no.- se obligó a comprender lo mal que lo estaba pasando, saltándose la fuerza con la que le había hecho a un lado la mano.

-Flame, explícame ahora mismo qué está ocurriendo aquí.- exigió la capitana de la guardia, harta de que su hermano menor la ignorara.

-Verás...- comenzó, tras inspirar hondo- ella es la chica de la carta.- explicó brevemente, alzando la vista para enfrentar los ojos negros de su hermana.

-¿La carta por la que te encerraron?- sin duda, debía haber algún error. Su hermano no podía estar viéndose con una hechicera de hielo.

-¿He recibido alguna otra carta?- estaba comenzando a ponerse nervioso él también y respondió con cinismo.

-¿Y por qué diablos te estaba torturando?- la pregunta hizo que Flame y Jack intercambiara una mirada incrédula.

-No suelo considerar las cosquillas una "tortura"- dijo Jacqueline.

-Vale, me parece que has malinterpretado un tanto la situación. Me he burlado de ella y me estaba haciendo cosquillas.

-Pero si tienes la nariz hinchada.- apuntó, haciendo que FP se llevara una mano al punto indicado.

-Oh, eso ha sido un pequeño accidente, pero no es nada grave; no puedo decir lo mismo de esto- agregó, devolviendo la vista a la herida significativamente.

-Te he dicho que estoy bien- replicó Jack.

-Y yo te he dicho que no lo estás- apostilló, más alto que ella, perdiendo la poca paciencia que tenía- ¿¡Pero no ves que estás perdiendo mucha sangre!?

-Hay que cauterizar la herida.- lo interrumpió Deyanira, tras echarle un rápido vistazo al corte.

-¿Cauterizar? Eso significa que....- la joven de escarcha se estremeció de pies a cabeza. Había leído esa expresión en un libro y sabía lo que venía a continuación.

-Si no cierras ese corte, puedes desangrarte aquí mismo. Conozco mis limitaciones y mis ataques y ésa era la intención de herirte justo ahí. En ese preciso lugar hay mucho transporte de sangre a las piernas, si pierdes cierta cantidad, no hay vuelta atrás ni recuperación posible.- continuó la capitana, seria, acuclillándose a su lado.

El saber que su intención era matarla haciendo que perdiera sangre, no era demasiado agradable de saber, pero el hecho de que en la cauterización todo jugaba en su contra, empañaba aquel espeluznante hecho.

-La cauterización implica fuego...- murmuró, aterrada.

-¿Es la única opción que tiene?- quiso asegurarse su amigo, sabiendo el problema que suponía aquello. Su hermana tan sólo asintió con la cabeza gravemente.- Jackie...- posó la mirada en sus ojos azules, demandando permiso para actuar, y algo en su interior se removió al ver un brillo oscuro de miedo en la claridad de sus iris cristalinos.

-Sólo... sólo hazlo rápido, ¿vale?- se tumbó en el suelo de nuevo, rehusando mirar la herida sangrante, tratando de que no se le quebrara la voz al hablar.

-Tranquila... sólo será un momento, lo prometo.- le dijo, bajito.

-Vas a tener que aumentar bastante tu temperatura si tienes que atravesar la protección del collar, Flame.- le recordó su hermana, que había estado atenta a la conversación que habían mantenido ambos amigos.

-Bien.- se limitó a decir, concentrándose.

Cuando el joven de fuego posó ambas manos en el corte, Jack se estremeció de dolor, pero sabía que aquello sólo era el principio de algo peor.
Al comienzo no notó el aumento de la temperatura, gracias a la protección que le otorgaba la gema que ahora pendía de su cuello, pero pronto tuvo que hacer uso de toda su voluntad para no apartar a su amigo y decirle que parara.
El calor la recorría por dentro, obligándola a morderse el labio inferior con fuerza, reprimiendo un grito agónico. Sin embargo, la temperatura continuaba incrementándose y sintió ganas de echarse a llorar.

Flame miró fugazmente a Jack y su corazón se encogió al ver la mueca de dolor que mostraba, pero devolvió la vista y la atención de nuevo a lo que estaba haciendo, pues, para bien o para mal, la magia de la gema era resistente y tenía que poner el doble de empeño en aplicar calor suficiente como para que surtiera efecto.

No supo exactamente cuánto tiempo había pasado, pero se le estaba haciendo eterno... y doloroso, por supuesto.
Impulsivamente, alargó la mano y asió el brazo de Flame, agarrándose a la manga de su camiseta con fuerza. Sabía que si no hacía aquello, gritaría.

El chico se sorprendió, pero no dijo nada, se limitó a imprimir más esfuerzo en tratar la herida.
Estaba sufriendo intensamente, pero estaba usando toda su energía en mantener la compostura. No había gritado como había supuesto que haría, pues el fuego para ella era una cosa muy seria y aterradora, por no decir dolorosa. Sin embargo, podía notar su dolor en la forma desesperada en la que cerraba los dedos en torno a su brazo, crispados en una prolongada agonía.
"Sólo un poco más... aguanta un poco más, Jackie..."

El hedor a piel quemada inundó sus fosas nasales y tuvo ganas de vomitar, pero sólo intensificó la presión en el brazo de su amigo, a la vez que un par de lágrimas comenzaban a deslizarse por sus mejillas. Cerró los ojos con fuerza y rogó por que aquello pasara pronto.

El hecho de que le quedaría un moratón en el brazo no le importó lo más mínimo. La oyó sollozar y se le cayó el alma a los pies.
Quiso hacer algo más, pero lo único que podía hacer era acabar de una vez con aquella tortura para ella. Decidió hacer un movimiento arriesgado y aumentar la intensidad de sus llamas de golpe durante menos de dos segundos y luego regresarlas a la normalidad. Rezó todo lo que sabía por no estar perdiendo la cabeza y que aquello saliera bien.

Abrió los ojos de súbito y gritó al sentir un brutal incremento de la temperatura en su piel, sin poder resistir más el dolor.

Oírla gritar era incluso más doloroso que verla en aquel estado tan vulnerable en el que se encontraba, pero una vez hecho no había vuelta atrás.
Contó dos segundos justos y descendió bruscamente la temperatura de nuevo, regresando a la normalidad. Con aquel movimiento se había arriesgado a dañarla más de lo estrictamente necesario, pero en cuanto vio que la herida había dejado de sangrar, supo que habría valido la pena.

Jadeó, tensa, sabiendo que por fin había terminado aquella dolorosa y horrible experiencia... más o menos. Lo único que pudo hacer fue incorporarse poco a poco y mirar el corte en su pierna, el cual ya no sangraba.
Alzó la vista hasta que se encontró con los ojos ámbares de su amigo y vio la expresión preocupada en su rostro.

-Jackie... ¿e-estás...?- iba a hacer la tontería de preguntarle si estaba bien, a sabiendas de que sería una estupidez tras lo que acababa de suceder, pero ella lo interrumpió, suavizando su agarre y valiéndose de éste para atraerlo hacia sí misma.

"Sólo abrázame...", pensó, levantando un poco la mirada para volver a encontrar la suya. Se hablaron sin necesidad de palabras y Flame entendió, rodeándola cuidadosamente con los brazos y dejando que enterrara el rostro en su pecho, que no quería palabras en aquellos momentos, tan sólo calma.

De su boca salió un diminuto quejido en cuanto los brazos de su amigo tocaron los lugares en los que la habían golpeado repetidas veces al rodearla con los brazos, pero lo mantuvo cerca a pesar de estar dolorida y magullada.
Era... era muy cálido y agradable tenerlo tan cerca... "acogedor" sería la palabra perfecta para describirlo en aquel momento. Se sintió reconfortada por él y extrañamente a salvo, por algún retorcido motivo.
Inspiró hondo y retrocedió un poco en cuanto se hubo sentido algo mejor.

-Siento haberte hecho daño... he intentado...-empezó a disculparse, pero una vez más, Jack lo interrumpió, esta vez tapándole la boca suavemente mientras le dedicaba una sonrisa cansada.

-Gracias.- fue lo único que dijo, mirándolo con dulzura a los ojos.- Por lo menos ha dejado de sangrar.- añadió, un momento más tarde, retirando la mano de su boca y mirando críticamente la herida.

-Eso no es todo, tengo que sacarte de aquí.- le dijo, preocupado todavía por ella.

-¿Qué?- se sorprendió. No quería irse. Aún no.

-Tienes que curarla del todo con magia antes de que se infecte y sea peor, Jackie.- vio que iba a protestar y la fulminó con la mirada- Sin rechistar. Nos vamos ya.

-¿"Os"? ¿Vas a acompañarla?- A Deyanira no le hacía ninguna gracia dejar solo a su hermano con una chica de la cual no sabía nada. Podría ser peligrosa... Además, si de ella dependiera, se las arreglaría sola. Bien o mal, ¿qué mas daba? Desgraciadamente, su hermano era muy obstinado. Más incluso que ella misma.

-Ajá. Tú más que nadie deberías saber que, con una herida así, no podrá caminar bien. Después de todo, se la has hecho tú.- lo dijo con la voz algo más dura de lo que pretendía, echándole en cara su error. Aquello no era normal entre ellos, pero ver a su amiga sangrando en el suelo y luchando contra ella no había sido nada agradable. Se había preocupado mucho por ella.

-Flame, déjalo ya, ¿quieres? Ha malinterpretado la situación, sí, pero deja de echárselo en cara, estoy bien.- La joven de pelo blanco trató de suavizarlo un poco, paciente.

Aquello cogió a Deyanira totalmente por sorpresa. ¿La estaba... respaldando? ¿Por qué? Si acababa de herirla y...
Algo no cuadraba con esa chica. Decidió no bajar la guardia, bien podría estar tratando de ganarse su confianza...

-¿Quién eres?- preguntó, al fin, en un tono de voz neutral. La aludida la miró con curiosidad antes de contestar.

-Me llamo Jack.- respondió, ignorando la pelea y toda aquella absurda situación ocurrida apenas unos momentos antes.- Encantada de conocerte.- sus comisuras formaron una sonrisa más cálida todavía, descolocando totalmente a la capitana de la Guardia.

-Te presento a mi hermana Deyanira.- suspiró Flame, algo acostumbrado a la confianza y calidez con la que trataba a todo el mundo.- Nira, ella es Jack, es amiga mía.- se abstuvo de añadir "no mi enemiga, como tú pensabas", para no meter cizaña, a pesar de que había estado a punto de hacerlo.

-U-un placer...-balbuceó, boquiabierta.- ¿Va a perdonarme? ¿Así, sin más?- le preguntó a Flame, estupefacta. Era la segunda vez en apenas un tiempo que aquella extraña muchacha la dejaba sin palabras.

-No le busques sentido, ella es así- FP había notado su asombro y sonrió triunfalmente. No todos los días veía a su hermana falta de argumentos.- Venga, vámonos.- anunció, poniéndose de pie.

Jack trató de levantarse también, pero la herida no estaba cerrada y le dolía a horrores al moverse. De todos modos, tampoco tuvo mucho tiempo para intentarlo, pues en seguida Flame la alzó en brazos, haciendo que tuviera que agarrarse a su cuello para no caer.

-¿¡PERO QUÉ HACES!?- le espetó, totalmente colorada, aferrándose a su nuca con ambos brazos, tratando desesperadamente de no desestabilizarse y acabar en el suelo.- ¡BÁJAME!- exigió, nerviosa.

-¿Crees que voy a dejar que camines por ti misma hasta la frontera? Por encima de mi cadáver.

-¡Como no me bajes ahora mismo sí voy a pasar por encima de tu cadáver! ¡Déjame en el suelo!- continuó, sin poder ocultar lo sonrojada que estaba. La única persona que la había cogido en brazos había sido el Rey vampiro, y lo había hecho siempre para burlarse de ella. Que otra persona la cargara "al estilo princesa" la ponía muy nerviosa.

-Ni hablar. No es bueno que hagas esfuerzos ahora, la herida podría abrirse otra vez.

-¡Al menos llévame a caballito! ¡Esto es ridículo y humillante!- agregó, enfurruñada.

-A caballito te harías daño en la pierna. Además, si quieres volver a casa a tiempo, es el único modo.- finalizó, en un tono que no admitía réplica.

-¿Me estás diciendo que no me llevarás si no es así? ¡Venga ya! ¡Flame!

-Es mi última palabra. Lo tomas o lo dejas, la decisión es tuya.- Jack resopló sonoramente.

-VALE. Pero como no esté en casa al amanecer, mi tía me va a matar.

-Muy bien. En marcha, pues.

-Chantajista.

-Quejica.- respondió, sonriendo triunfalmente.

Deyanira estaba pasmada ante la escena. Su hermano discutiendo con una chica por llevarla en brazos no era una escena demasiado.... normal, por decirlo de algún modo.
Sin embargo, vio algo en sus ojos y en la forma de tratarla que ya había visto antes y todo cobró un nuevo punto de vista. "Imposible", se dijo. "¿Ella? ¿Pero qué demonios...?"

-Yo voy contigo- anunció, antes de que llegaran al arco de piedra volcánica, poniéndose en pie y envainando de nuevo la espada.

-Ni en broma.- Flame se giró, encarando su mirada. Tal vez estaba siendo algo brusco, pero no podía evitarlo cuando se trataba de Jack; cuanto menos supiera Nira de la joven del pelo blanco, mejor. Confiaba en ella, pero si su madre la interrogaba, no estaba seguro de que no le sonsacara nada. Y no podía permitir que le hicieran daño a la chica por su culpa, no sería justo para ella.- Si madre sospecha algo, necesito que me cubras, Nira.

-Eres idiota, ¿verdad? Si no estás allí en mitad de la noche, ¡seguro que sospecha!

-¡Por eso precisamente! Nira, Jackie no puede caminar sola, por no hablar de que es tu culpa que esté así. Si tuvieras un mínimo de responsabilidad, la habrías llevado tú, pero como soy yo el que va a cargar con ella hasta su casa, necesito que me cubras.- apostilló, agotando la poca paciencia que le quedaba.

La capitana de la guardia entrecerró los ojos. Aquello había sido un golpe bajo.
Admitía que se había equivocado, pero jamás lo diría en voz alta. Ni ante él ni ante nadie. Y menos ante ella. Esa chica le daba mala espina por alguna razón y, por muy equivocada que estuviera al atacarla, seguía sin fiarse. Las hechiceras no despertaban su simpatía, y mucho menos las hechiceras de hielo.
Avanzó hacia su hermano y lo pasó de largo, estampando las botas negras de la joven en su pecho al pasar junto a él.

-Ya hablaremos de esto.- dijo, cortante, antes de reemprender la marcha sin mirar atrás.

-Simpática, ¿eh?- ironizó, mirando a Jack, la cual había presenciado la escena sin decir palabra, en sus brazos.

-No se fía de mí, no puedes culparla por eso.

-No la culpo por eso, sino porque te ha hecho daño, Jackie. Sin motivo, además.- explicó, emprendiendo la marcha hacia la frontera del Reino con las praderas.

-Flame...- suspiró, sabiendo que no serviría de nada intentar sacarle aquella idea de la cabeza.- Ha malinterpretado la situación, eso es todo. Aparte, ha sido un buen combate.- finalizó, sonriéndole.

-Oh, claro, muy entretenido... ¡Hasta que has estado a punto de caer al lago de lava!- finalizó, algo enfadado- ¿Vas a decirme por qué no te has defendido? Sé que eres mejor de lo que has peleado hace un rato.

-Porque es tu hermana, ¿acaso esperabas que la atacara? No, Flame, es tu familia y no voy a hacerle daño. De todos modos, me ha costado seguirle el ritmo, ¿es soldado?

-La capitana de la Primera División de la Guardia Real, para ser exactos.- recitó, con sorna.

-No deberías burlarte de ella, puede darte una paliza como a mí.- bromeó, tratando de aliviar un poco la tensión. Sabía que su amigo estaba enfadado y nervioso y necesitaba soltar aquella ansiedad de algún modo, pues había tenido que mantener la calma mientras cauterizaba la herida de su pierna, pero no le gustaba verlo enfadado... y estaba comenzando a encenderse.

-Dudo que lo hiciera, Deyanira no tiene tanto poder como yo.- añadió, sacándole una pequeña risa. Sabía que a Jack no le gustaba verlo enfadado, pero no podía evitarlo. Aunque había intentado sonar natural o desenfadado, le había salido con más dureza de la que esperaba- No es por presumir, pero soy el más poderoso de los cuatro hermanos.- hizo un movimiento de cabeza, como agitando el pelo. Le gustaba hacerla reír siempre que podía, el sonido de su voz cuando lo hacía era muy agradable.

-Se me olvidaba ese detalle, disculpa mi ineptitud "Míster Poder".- jugó, entre risas.- Pero, si a mí me ha sido difícil usar la magia, no imagino que te dé mucha oportunidad de usar ese poder. Es buena con la espada, necesitarías más que poder para luchar contra ella y ganar. Con disciplina y mucho entrenamiento, algún día podrías ponerte a su altura. Te falta práctica.

-Me falta control.- la corrigió, con más sequedad de la que pretendía. No pudo evitar que se le crisparan un poco los dedos en torno a ella.

-Ya lo he notado.- musitó.- Te enciendes con facilidad... ¿por qué? Quiero decir, no todos los fuego elementales tenéis las mismas reacciones de temperatura con los cambios de humor, ¿no?- preguntó, con voz suave. Su amigo se tensó y se maldijo a sí misma.- Está bien si no quieres contestar, Flame, sólo era una pregunta.

-Bueno...- tuvo miedo de asustarla si le contaba aquello, pero se dijo que merecía saberlo- digamos que no todos los fuego elementales tienen el poder de destruir el mundo con algo tan simple como un beso; ése es mi problema, Jackie. Tengo más poder del que desearía y no sé cómo controlarlo... cada emoción va ligada a diferentes niveles de combustión y...;- suspiró, apenado- por eso te quemo de vez en cuando... quizá no deberías estar cerca de mí, siempre te acabas quemando y yo...- no se sintió capaz de continuar, el habla murió en su garganta.

-Aunque salga herida, voy a quedarme a tu lado.- dijo, sonriéndole, encontrando su mirada ambarina con sus ojos azul cristal- Nuestra amistad no supone ningún dolor para mí, Flame... Bueno, tal vez duela algunas veces, pero créeme si te digo... que vale la pena.- finalizó, acurrucándose en su pecho, relajándose.

En un instante, su cara se tiñó de rojo por completo y su temperatura aumentó. Si la joven de cabello blanco lo notó, no dio señales de ello, pues sólo cerró los ojos y se acomodó conforme pudo en sus brazos, dejando que la llevara.
¿En serio acababa de decir aquello? Creyó que el corazón se le saldría del pecho en cualquier momento. En toda su vida sólo una persona había dicho algo parecido... y no había acabado demasiado bien. Sin embargo...

-¿D-desafiarías la naturaleza... p-por mí?- balbuceó, atónito.

-Cuantas veces sea necesario.- fue su respuesta, rápida y directa.

Su temperatura aumentó otro tanto y ganó una nueva gama de colores de rojo en un segundo.
Aquella chica había cambiado su mundo desde el mismo instante en el que intercambiaron la primera palabra entre ellos. Lo había vuelto a hacer una vez más.
Siempre lo hacía sentir bien, su voz tenía un efecto calmante en él que lo tranquilizaba cuando estaba furioso y que le alegraba el día cuando creía que no podía ir nada peor. Le gustaba estar con ella y cada vez que se despedían una noche esperaba con ansias la siguiente para poder volver a verla. Tratándose de Jack nunca sabía qué le iba a decir para hacerlo sentir bien, pero siempre funcionaba. Tal vez era su voz o la radiante sonrisa con la que lo animaba, pero oírla decir aquello era algo totalmente distinto. Acababa de hacerlo feliz. Como nunca antes lo había sido.
Quiso responder, pero no supo cómo, por lo que se mantuvo en silencio mientras avanzaba con ella entre sus brazos.

Cuando llegaron a las praderas, buscó un sitio "cómodo" donde la joven pudiera curarse las heridas y encontró un pequeño arrollo tras unas colinas, pero decidió recostarla cerca de unas rocas secas, lejos del agua. El suelo, al estar cerca de una fuente de agua, estaba mullido por la humedad, pero no en exceso, lo justo como para poder acomodarla en el suelo, apoyada contra una roca plana, y que no se estuviera incómoda.

-Jackie... eh... ya hemos llegado...- le dijo, bajito, tratando de despertarla con suavidad, pues se había dormido entre sus brazos por el camino. La joven Princesa se removió un poco antes de abrir los ojos.

-¿Ya? ¿Tan pronto? -bostezó y se desperezó un poco.- Está bien...- miró en derredor para adaptarse a su entorno, pues aquel factor era importante a la hora de hacer magia. Inspiró hondo y trató de despejarse. Necesitaba concentración.

Apoyó ambas manos en el corte, despacio, para evitar chillar de dolor de nuevo y comenzó a transmitir energía mágica a través de sus manos. Con la protección del collar desvanecida, podía utilizar la magia sin necesidad de agotarse tanto.
Un torrente de suave electricidad pasó a través de sus dedos hasta legar a la herida, comenzando a sanarla desde dentro y desde fuera al mismo tiempo. Suspiró. Sanar una herida era cien veces mejor que hacérsela, eso estaba claro. Enfocó también los lugares donde había sido golpeada y sabía que saldrían moratones, curándolos antes de que aparecieran en su piel.
Cuando hubo cerrado la herida totalmente y la piel quedó uniforme, hechizó el lugar afectado para que la energía mágica borrara la cicatriz que había quedado.

Se incorporó un poco y asió cuidadosamente la cara de su amigo, acunándola entre sus manos con cautela, todavía con un destello sobrenatural en ellas. Flame se ruborizó, estaba demasiado cerca, podía aspirar el delicado aroma a nieve recién caída que desprendía siempre y ver perfectamente la claridad de sus ojos. Sintió la magia fluir a través de su piel y se estremeció de pies a cabeza.
El cosquilleo extendiéndose por su cuerpo era demasiado maravilloso para describirlo con palabras. Podía notar las cosquillas que le hacía la piel de la joven sobre la suya mientras le transmitía aquella corriente mágica y ya no notó dolor por la caída de hacía un rato, éste sólo desapareció, sin más.
Respiró con tranquilidad cuando Jack se apartó de él despacio, soltando de una vez el aire que había mantenido preso en la última bocanada que había tomado.

-Gracias... eso ha sido... agradable, supongo- rió, un poco nervioso, tratando de ocultar el rubor que cubría sus mejillas todavía al haberla tenido tan próxima.

-No es nada- le sonrió ella, frotándose los ojos, cansada.

-¿Has dormido bien?- preguntó, divertido, al verla desperezarse como un gato.

-Mucho. Eres un buen sofá, pero creo que me lanzaré sobre la cama en cuanto llegue a casa, hoy ha sido un día muy largo- arrastró las vocales en "muy", mientras bostezaba de nuevo.- Bueno, yo me voy ya, Flame. Si no llego antes del amanecer...- no pudo continuar, pues el chico de fuego se puso en pie y la cargó en brazos de nuevo.- ¿Qué...?- aquella vez no forcejeó con él, se limitó a mirarlo, interrogante, totalmente sonrojada de nuevo.

-Vamos, tu casa ya no queda muy lejos.- dijo, sonriéndole cálidamente. Jacqueline sólo se dejó llevar, demasiado ruborizada y cansada como para rebatirse entre sus brazos o replicar.

La llevó durante el trayecto como si fuera a romperse en pedazos con el más mínimo golpe, estrechándola suavemente contra él mismo para que no cayera, ya que esta vez no estaba agarrada a su cuello.

Calor. Creyó que su cara estaba ardiendo y enterró el rostro entre las manos, temiendo que la viera tan roja. Aquella escena era demasiado "de cuento de hadas" como para ser verdad. Agradeció infinitamente que la dejara en el suelo una vez hubieron llegado. Hundió los pies descalzos en la nieve, justo en la frontera. De nuevo cada uno en un dominio diferente.

-Gracias por todo, Flame. Lo he pasado muy bien esta noche.- le sonrió.

-Me alegro de que haya sido así y... siento mucho lo de mi hermana... ¿estás segura de que puedes caminar?- preguntó, algo preocupado.

-Sí, tranquilo. De todos modos, flotaré un poco hasta casa, mi magia está más descansada que mi cuerpo- bromeó.

-Al final sí vas a ser una damisela en apuros. Lady Jacqueline.- hizo una teatral reverencia y ambos rieron.

-¿Eso te hace mi caballero de brillante armadura?- continuó, enarcando una ceja.- "Sir Flame" no suena del todo mal, ¿sabes? ¿Dónde os habéis dejado la armadura, caballero?- añadió, inclinándose en una reverencia, fingiendo que llevaba una falda. El joven de fuego se sonrojó ante la comparación, pero no por ello se abstuvo de continuar aquel absurdo y divertido juego.

-Mi escudero está puliéndola, lo lamento. Y, suena mejor "Príncipe Flame", me da más caché.

-Creo que ahí voy a darte la razón.- dijo, entre carcajadas- Suena mucho mejor.- finalizó, antes de posar ambas manos en su hombro derecho para alzarse un poco y darle un beso en la mejilla.

Se quedó petrificado en el mismo instante en el que sus fríos labios tocaron su piel, depositando aquel diminuto beso en su mejilla. Su contacto era frío pero sorprendentemente agradable y suave.
Nunca creyó que algo tan pequeño como un beso en la mejilla podría ser tan adictivo.

-Buenas noches, Flame. Te veo mañana.- fue su despedida, una vez se hubo separado de él, en una voz tan dulce que lo hizo dudar por un momento de su naturaleza fría.

-B-buenas noches...- correspondió, mientras la veía adentrarse en el Reino de Hielo, flotando a ras de la nieve.

Inspiró hondo y se llevó una mano al corazón, el cual latía desbocado. Su piel estaba más encendida de lo normal y había chamuscado la hierba que pisaba casi hasta calcinarla.
"¿Pero qué demonios me pasa?", se preguntó, desandando el camino hacia su propio hogar.

-------------------------------

Tal y como había dicho, en cuanto aterrizó en el balcón y llegó a su cuarto, apenas se molestó en deshacerse de la ropa que llevaba y lanzarla contra el suelo descuidadamente y sólo lo hizo porque era algo incómoda. Tiró los tacones a un rincón, diciendo que los quería bien lejos, antes de enfundarse el pijama y lanzarse a la cama, sin necesidad de taparse con las sábanas, sobre la cual se quedó profundamente dormida instantes más tarde.

-------------------------------

-Jackie, despierta, ya es mediodía, ¡so vaga!- pudo oír que alguien decía.

-¿Marsh?- preguntó, totalmente amodorrada, entreabriendo los ojos. "No puede ser mediodía, la habitación está demasiado oscura como para que eso sea cierto", su mente se despertó lo bastante como para ligar los conceptos "noche-oscuridad"

-Sí, "especie de oso polar", soy yo, ¿quién si no?- le dijo de nuevo aquella molesta e irritante voz a la que estaba tan acostumbrada. No era que su voz fuera una molestia, que no lo era, porque su amigo tenía una voz bonita y varonil que había adorado oír leerle cuentos cuando era niña... era que, estando tan cansada, le molestaba hasta su propia respiración.

A aquella pregunta una respuesta llegó a su mente veloz "Flame, podría ser él", pensó, demasiado dormida como para pensar con claridad. "No. No podría. Pero sí podría ser Gumball, que ha vuelto a ser... ¿¡SECUESTRADO!?" Se levantó de la cama de un salto, como movida por un resorte, cuando el pensamiento de que Marshall estaba allí a mediodía fue procesado por su cerebro adormilado.

-Marshall, ¿qué haces...aquí?- el tono de voz decayó hasta morir. En la penumbra del dormitorio a causa de todas las cortinas cerradas, pudo apreciar el aspecto de su amigo.

Iba vestido con unos zapatos de vestir, pantalones negros, tirantes y una pajarita. El dato curioso era que no llevaba camisa. Como de costumbre, su pelo seguía siendo un caso totalmente aparte, manteniéndose con su aspecto habitual.
Jack había visto aquella ropa antes...

-¡¡TIA SIMONEEEEEEEEEEE!!- gritó, enfadándose por momentos, saltando de la cama al suelo de hielo con demasiad agilidad como para estar tan dormida todavía.- ¡DIME QUE NO HAS SECUESTRADO A MARSHALL!- exigió saber, asomándose al pasillo.

-No estoy secuestrado- dijo el Rey, flotando a su lado.

-¿Qué?- preguntó, atónita.
Vaale pues, seguuunda parte!!!!! :iconhappyhappyplz:
Estoy que me salgo, oye, dos capítulos en dos días, ¿no os quejaréis, eh? ¬u¬

FIIIIIGHT!!!!!! Personalmente, creo que Nira iba ganando, ya que es Jackie la que iba a caer en el lago de lava :iconpapmingplz: Es la primera batalla que describo, espero que os haya gustado, iba a subirla inicialmente en el capítulo anterior, pero al ver que no me daba la extensión para más, decidí partirlo antes de la pelea porque las escenas que van a continuación están tan seguidas que no se podían partir.
Me ha costado, lo admito, pero espero que os haya gustado la forma que le he dado. Deyanira es un personaje algo complejo, ya que reserva su "maldad" para el combate y a la vez es hábil y buena estratega, por lo que es más letal incluso, por eso.
:iconblackandwhitesisters: me dio la idea de que FP la atrapara al vuelo y ha salido así OwO creo que la escena ha quedado bastante aceptable, ¿no?

La herida de Jackie.. bueno, sólo he de añadir a eso que mis conocimientos de medicina son escasos (nulos) y he intentado que sea lo más "realista" posible (no puede serlo mucho porque lo acaba curando con magia :iconyaomemeplz:), espero que no haya muchos fallos en eso ^^''

Oh, en el capítulo anterior algunos pedisteis beso... pueeees aquí tenéis, CASI beso y BESO (en la mejilla, pero nadie especificó nada de eso :icontrollfaceplz:)

Y, bueno, en el siguiente capítulo (aparte de que voy a intentar subirlo puntual ¬¬''), puedo deciros que habrá fanservice (el cual ya se introduce aquí) yy... FIOLEE¬w¬

:iconfionnaaisakalee: ha hecho este MATEMÁTICO dibujo sobre la escena que más me gustó escribir del capítulo anterior fav.me/d6lj5p8 en serio, es precioso *u*


En fin, espero que os haya gustado ^^

Capítulo anterior >>>> fav.me/d6krog3
Capítulo siguiente >>>> fav.me/d6lzw9h

HDA © Pendelton Ward
Flame Prince, Fionna, Marshall Lee, Príncipe Gumball, Ice Queen... © Natasha Allegri
Jacqueline Frost (Princess Frost)© Yo
Comments28
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In
hdafan14's avatar
apenas son 17 capitulos y ya estoy enamorada de este fic 

FINAL EPICO!!!!!!!!!!!!!