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Phineas y Ferb y el misterio del mar cap 5

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jgeg123's avatar
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Durante unos segundos no supieron cómo reaccionar, frente a la ventana un magnifico espectáculo de gigantescas medusas marinas de más de tres metros parecía un reto imposible de lograr para el mas hábil y talentoso de los artistas, y sumado a la presentación de aquel sujeto que se hacía llamar "Nemo" o "nadie" traduciéndolo del Latín, que por cierto parecía más interesado en continuar con su observación de aquellas maravillas marinas que en prestarles atención, aunque tanto Isabella como Ohaio tenían fuertes motivos para pasar las presentaciones a segundo plano, ya que estaban embelesados tomando notas y tratando de hacer borradores de los monstruosos animales que no habían sido descubiertos aun por nadie más que ellos cuatro, o en realidad para ellos dos ya que no era lo mismo para Ferb Land que uso su extraño modo de decir las cosas.

 

-¿habla en serio señor Ferb Land?- dijo el capitán Nemo -no tengo ningún inconveniente de dejarlo justo en el lugar donde lo encontré, así el bien hecho al salvarle la vida ya no será una limitante para usted, mi único problema será que mis hélices destrozarían a estas bellezas por cientos si las encendiera en este momento, una masacre sin sentido, así que le suplico no me interrumpa con sandeces como "la libertad americana"- Isabella estaba impresionada, aparentemente el capitán también dominaba el lenguaje poderoso, aunque era para ella claro que le guardaba cortesía al mantenerse hablando y estuviera al corriente de lo que hablaban -sin embargo, yo estoy consciente de que sus compañeros no comparten su posición, creo que mi propuesta les ha resultado interesante- Tanto Phineas como Isabella ya tenían en sus manos libretas donde habían comenzado sus anotaciones, las hojas no parecían de papel, y la tinta de sus plumas era igual de peculiar -antes de ser interrumpido con cañonazos y arponazos- dijo el capitán "Nemo" -navegaba a merced de las corrientes siguiendo a estas creaturas en lo que descubrí se trata de una migración anual...- Phineas estaba fascinado, estas gigantescas creaturas quizás nativas de las aguas niponas estaban aquí abajo, justo bajo la quilla de la lindana y nunca las habría notado al "cazar" un narval, mientras que Nemo estaba ocupado con su estudio de las medusas, y la comandante Candace tratando de hundirlo, no pudo evitar comparar el ataque de la Lindana contra el Nautilus a cuando espantaba algún mosquito mientras estaba absorto estudiando alguna reliquia  milenaria, no dejaba escapar ni un detalle de la explicación de Nemo mientras Isabella dibujaba lo que veía,

 

-pero, ¿cómo es posible que su Nautilus navegue bajo las aguas, los conceptos de estanqueidad y demás deben de ser los mismos que para un barco normal, imagino que para poder sumergirse llenara algunos enormes tanques de agua para hacer que se hunda, pero cualquiera puede hacer que un barco se hunda, ¿Cómo puede hacerlo regresar a la superficie? ¿Cómo puede controlarlo? ¿Cómo es que logra impulsarse bajo el agua? ¿Qué energía es la que le da vida a su Nautilus? ¿Qué es lo que lo nutre y da esa fuerza desconocida? Está claro que no es ningún tipo de combustión conocida- Dijo Flynn alejando su mirada de la enorme ventana

 

-la respuesta es muy simple señor Flynn, y lo apropiado  es comenzar por el principio- dijo Nemo -lo que alimenta mi núcleo no es más que uno de los componentes básicos del agua, ¡Hidrogeno! pero el secreto exacto de mi núcleo debe de ser resguardado en el más profundo de los misterios por algún tiempo más, ¡No maestro Ferb Land! El que acapare tan maravilloso secreto no es un acto de crimen contra la humanidad, más bien todo lo contrario, es un acto de misericordiosa piedad, si, el corazón del Nautilus bien podría ser usado por la aun inmadura humanidad para destruir ciudades completas, la misma Londres o nueva york desaparecerían más rápidamente que Pompeya, incluso aquella gran tragedia quedaría reducida como un simple raspón en el codo de un niño, demasiado escándalo por tan poca cosa, ese poder bien vale la pena mantenerlo oculto del resto del mundo, solo vea lo que han hecho con el carbón y los diamantes, destruyen y explotan naciones enteras por su control, ¡y solo es una piedra! ¿Que no harían por controlar el hidrogeno? Secarían los mares solo para que otro no lo tenga y obtener beneficios económicos de ello, no, el Nautilus los maravillara más que por su núcleo que me da el poder de un diminuto sol... No, no he perdido la cabeza señor Ferb Land, en toda época a quien mira al futuro y trae al presente un poco de él es llamado loco, y la historia los convierte en visionarios, para una explicación más fácil de digerir, diremos que se trata de la electricidad, una muy potente que empuja mis hélices, da potencia a mis máquinas para controlar el Timón y los planos que uso para la navegación en los tres ejes para sumergirme y emerger rápidamente, da a mis bombas un poder superior a cualquier otra para desalojar el agua de mis depósitos a una gran profundidad, y me brinda luz y calor aun a las profundidades y latitudes más inesperadas, todo lo que ha dicho el señor Flynn es correcto, y sobre navegar, es un sistema complejo que poco a poco conocerán, solo adelantare que ocupo el sonido del mismo modo que los delfines y cachalotes además de un potente reflector que me permite ver entre las aguas frente a mí para evitar obstáculos imprevistos como ballenas y otros habitantes de las profundidades, así como contemplar sus maravillas, si lo que desean es saber nuestra posición en este globo terráqueo podrán ver la posición y rumbo- dijo señalando una flecha de luz en las proximidades de las islas de Japón

 

-y estos medidores en la pared nuestra hora, profundidad, temperatura exterior y velocidad, ¿No es así?- dijo Flynn señalando unos instrumentos desconocidos pegados a la pared ya bastante animado por la maravilla mecánica que tripulaba, Isabela veía la charla sentada en el suelo apoyando un block de dibujo que descubrió en sus piernas, ya en este punto no pudo evitar comparar a Nemo con Phineas, ni siquiera dudo que el mismo construyera al Nautilus, aunque esta igualmente convencida que Phineas lo haría en un día, o mucho menos tiempo, verlos a los dos absortos debatiendo sobre las observaciones, características, ecuaciones estructurales que hacían soportar al Nautilus las grandes profundidades, en fin, los secretos de Nemo la hizo mirarlos como si fueran dos gotas de agua, aunque su intuición femenina le advertía que en el fondo de sus ojos eran como el Ying y el Yang, algo en Nemo lo hacía un ser diferente, habría seguido hasta encontrar la diferencia cuando los ojos de Nemo se posaron sobre ella, y el rojo invadió el rostro del capitán hasta las orejas.

 

-¿hace tanto que no hay una dama abordo? Le pido disculpe mi descortesía, en un minuto arreglare su inconveniente- Ferb Land, Ohaio e Isabella se quedaron intrigados sobre lo que pasaría por la mente de Nemo en ese momento que salió presuroso dejándolos solos en la biblioteca, quizás el único que se dio cuenta a tiempo fue Ferb Land que tenía rato con los ojos cubiertos.

 

-¿Hace tanto?- recapacito Phineas, ¿acaso el Nautilus contaba o conto alguna vez con mujeres entre su tripulación? De ser cierto ¿que función tendrían entre aquellos Nemonautas? El capitán Nemo regreso con una caja bajo su brazo y unos de los trajes de sus marinos que arrojo a Ferb y a Phineas mientras que la caja se la entrego con cuidado a Isabella.

 

-espero sea de su talla- dijo aquel sujeto mientras Isabella sacaba el contenido, Phineas finalmente recordó lo que había hecho para salvarla y rápidamente le dio la espalda a la pelinegra, tendrá mucho que explicarle a su amiga por sus actos, dejar que su mejor amiga anduviera por allí en ropa interior que apenas cubría sus hombros y rodillas, imperdonable su falta de tacto, aunque, ¿qué le pasaba a Nemo al dejarla vestirse con ellos aquí? O mejor aún ¿qué le daba el derecho de mirar a Izy mientras se cambiaba? quizás el pudor no se encontraba en el diccionario de aquellos hombres.

 

-si me permite decírselo señorita García, le queda bastante bien- hasta el momento la "hospitalidad" de Nemo no lo había molestado, pero esas palabras lo alteraron bastante, volteo a reclamar algo que ni el entendía porque le molestaba.

 

-gracias, supongo- dijo la pelinegra, en cuanto a la furia de Flynn, cuando vio que la ropa dada por Nemo era una camisa marinera y un overol de una sola pieza desapareció tan rápido como llego, quizás la mujer que fue miembro de los nemonautas era una mecánico -Aunque, las caderas están muy flojas, y el pecho me aprieta- si Isabella hubiera sabido las consecuencias de lo que dijo, Nemo comenzó a reír como si hubiera redescubierto la risa.

 

-Ja ja ja ja, me pregunto que diría ella si escuchara eso- la risa fue breve, el rostro de aquel sujeto regreso a su expresión anterior al llegar a su mente vagos recuerdos de una vida que dejo atrás y de la cual no quería recordar nada, sin decir más, tomo la visera de su gorra en un ademan de despedida y desapareció por la puerta por la que entraron, así paso el primer día de este increíble viaje que si alguien me lo relatara aun con una mayor fidelidad a los hechos que la mía seria incapaz de creerla, durante el resto del día solo flotaron acompañando a las medusas gigantes como si de un globo aerostático se tratara sobre una increíble y hasta entonces desconocida cordillera submarina, a pesar de que las medusas podían impulsarse por sí mismas, usaban la corriente formada por la cordillera para recorrer cientos de millas sin agotarse, la capacidad de los reflectores del Nautilus era impresionante, ya que se podía ver a muchísimos mas metros de lo que se creía posible, pero la excursión termino cuando comenzamos a ver el final de la cordillera, allí en donde comenzaba a surgir el país del sol naciente, unos cientos de litros de agua de mar para descender un poco y dejaron la corriente de las medusas para dirigirse al sureste a unos extraordinarios 40 nudos, tres veces la velocidad más alta de cualquier barco, civil o militar, y aparentemente su velocidad media, más que suficiente para alejarlos de tierra firme en menos de una hora, Ferb Land no se molestaba en ocultar su mal humor llenando los oídos de Phineas con reclamos y planes de escape poco menos que imposibles cuando la profundidad media a la que se navegaba era de unos 100 metros, y cada 24 horas era la salida a la superficie para renovar la enrarecida atmosfera del Nautilus, pero cada vez que Ferb Land saltaba hacia afuera de la escotilla dispuesto a saltar al mar si veía alguna vela de un barco en el horizonte, no encontraba más que mar y cielo, está de más decir que  era seguido siempre por Ohaio e Isabella ansiosos por estirar las piernas y sentir el viento en sus rostros.

 

-Mmmmmm que curioso- Dijo Ohaio

 

-¿Que pasa Phin... Quiero decir, Ohaio-

 

-Últimamente salimos cada 24 horas a renovar el aire aunque según mis cálculos hay abordo reservas suficientes para más de tres días-

 

-pues, ahora que lo dices es raro, también por lo que dijo el capitán Nemo de su núcleo de poder, también puede producir bastante oxigeno- dijo Isabella -también el otro día vi la despensa, está llena, no hay nada que le falte- aunque era evidente que para Ferb si estaba bastante incompleta.

 

-no creo que puedas encontrar una vaca o unos champiñones en medio del mar Ferb- dijo Ohaio mientras improvisaba una visera con su mano para buscar en el horizonte mientras escuchaba subir al segundo a tomar la posición del Nautilus como ya se había hecho rutinario, aunque, siempre que tomaba la posición gritaba algo en ese extraño idioma usado en el Nautilus.

 

-¿qué creen que signifique?- pregunto curiosa Isabella de la rutina del segundo de abordo.

 

-quizás sea algo como "el mar está tranquilo"- contesto Flynn -vamos Ferb, "no hay velas en el horizonte que atracar" es muy largo para decirlo en esas pocas palabras- aunque a Izy le molesto que Ferb lo había dicho sin pronunciar una sola -aunque no deja de ser misterioso el objetivo de todos abordo, es imposible que alguien renuncie a la tierra firme- dijo sin esperar respuesta Ohaio -aunque, es innegable que su propósito es la investigación submarina, es necesario que todo su conocimiento salga a la luz, un verdadero crimen contra la humanidad seria que estos sujetos queden en el olvido-

 

-¿y si ese es su propósito Phineas?- dijo Isabella -ser olvidados por el mundo-

 

-es poco probable, el mismo capitán Nemo dijo que "resguardaría su secreto el tiempo suficiente"-

 

-¿crees que nos vaya a liberar algún día Phineas?-

 

-no lo sé Isabella, no lo sé...- las preguntas sobre su "anfitrión" crecían más y más, ya que aunque eran sus prisioneros, no regresaron a la celda, por el contrario, podían andar por cualquier lado sin la compañía de algún guardia de seguridad, sus camarotes eran bastante cómodos, el camarote de Isabella era confortable y con una cama espaciosa acompañada de dos buros de caoba adornados con un par de lámparas de lectura, un pequeño escritorio plegable y ya hasta le habían proporcionado blocks de dibujo y lápices de "grafito marino" para ella de una calidad que nunca había conocido, y lo más curioso o extraño, una puerta conectaba directamente con el camarote de Phineas a donde podía entrar prácticamente a voluntad, y viceversa, ambos camarotes eran parecidos, y los mamparos tan delgados que podían hablar mientras trabajaban en sus respectivos escritorios con la puerta cerrada, el de Ferb estaba al otro lado delos de ellos, más sencillo y con literas para otros diez marinos, pero él estaba solo, nadie más estaba con él, los baños eran usados por los tres por turnos, agua corriente caliente y fría, mejor que muchos lugares donde se han hospedado en el pasado, la biblioteca era su lugar de trabajo desde donde podían ver los grandes abismos, cordilleras, valles y cardúmenes, en ocasiones eran acompañados por traviesos delfines curiosos de ver a un grupo de humanos en tan raro aparato, pero incluso parecían tratar de retar en velocidad al Nautilus, reto aceptado por el comandante del Nautilus que siguió a los mamíferos marinos imitando sus movimientos, incluso cuando estos salieron a la superficie para saltar, el Nautilus se dirigió al fondo para ganar velocidad y luego subió rápidamente para convertirse unos instantes en un "pez volador gigante" así el día llego a su fin, Phineas e Isabella hablaron sobre lo vivido y se desearon buenas noches.

 

Al día siguiente todo fue normal, aunque el despertar de Isabella fue en solitario al no escuchar a su vecino, se levantó y fue a buscar a Phineas en la biblioteca, aun un poco adormilada el interior del Nautilus la confundió y se equivocó de puerta entrando a una más al fondo del pasillo, si al principio no podrían haber distinguido si estaban en un lujoso hotel o un exquisito museo si no supieran que estaban en el Nautilus con decenas de metros de agua sobre ellos, ahora se encontraba en el desordenado taller de algún magnifico artista, reducciones espectaculares en mármol y madera de famosas esculturas, fieles al mínimo detalle, por allá un David de Miguel Ángel con su mítico martillazo en el talón, pinturas de una increíble calidad hechas en las más variadas técnicas, allá había una en claro\obscuro del Nautilus siendo armado en alguna isla desconocida, por allá unas partituras con los nombres de los grandes acomodadas sobre un banco de madera frente a un gran órgano empotrado a la pared, Izy creyó entender el verdadero propósito del Nautilus, un magnifico estudio que todo artista o científico anhelaría, libre del ruido y las interrupciones, libre de fronteras y limites, un paraíso para el recogimiento y la inspiración, aunque algo la incomodaba, puso su mano sobre un banco y recogió el polvo acumulado, al fondo, cubierto por una sabana un cuadro donde creyó reconocer la silueta de Nemo, sus pasos fueron arrastrados por la curiosidad hasta aquel cuadro oculto, podía comenzar a notar que no estaba solo mientras se estiraba para descubrir la pintura, pero el ruido de la puerta la interrumpió, los apagados ojos de Nemo parecieron iluminarse solo un segundo que fue lo que tardo en reconocerla.

 

-saludos señorita Isabella- dijo Nemo mientras ocultaba sus ojos con la visera de la gorra.

 

-dis... Disculpe capitán, lamento haber entrado sin permiso- dijo apenada la pelinegra, aunque lo que parecía una sonrisa se asomó en el rostro de Nemo tranquilizándola.

 

-¿acaso lo ha olvidado?- dijo Nemo mientras caminaba a las partituras -todos ustedes tienen la libertad de ir y venir a placer por el Nautilus y hacer uso de sus instalaciones si así lo desean- Isabella se quedó mirándolo en silencio un rato, ¿realmente no tenían límites? Aunque habían zonas a las que no se podía entrar, era porque no había modo de entrar físicamente en ellas como los tanques de lastre y el corazón del Nautilus que estaba herméticamente sellado hasta para los ingenieros de la nave, muchas otras les permanecían desconocidas por sugerencia de Ferb Land más que por falta de interés, porque según el entre menos supieran Nemo no tendría objeciones para liberarlos cuando vieran tierra, pero Phineas ya había sido invitado a la sala de máquinas por el propio Nemo y continuaba estudiando lo aprendido sobre "cajas de cambios" que multiplican la potencia del Nautilus varios cientos de veces, pero ella aun no lograba adivinar las intenciones de aquel intrigante sujeto que los tenia cautivos en libertad.

 

-"Móviles en el elemento móvil"- dijo Isabella mientras con sus dedos retiraba el polvo de la inscripción en el cuadro del Nautilus en su dique seco donde fue ensamblado -es una frase curiosa-

 

-si lo es, y a la vez hermosa-

 

-¿Hermosa?-

 

-Así es señorita Isabella, porque es la verdad más grande del universo, una que las personas están lejos de entender- si había algo que Nemo pareciera disfrutar, era la curiosidad y el hambre de conocimiento -solo mire a su al rededor, aquí es innegable que aunque quiera estar inmóvil las corrientes de los mares me harán moverme sin quererlo-

 

-todo lo contrario a lo que pasa al detenernos en tierra firme- dijo Isabella.

 

-Al contrario, la quietud que se ve en tierra firme es una ilusión, una fantasía, la prueba es el día y la noche, prueba de que estamos moviéndonos junto a la tierra alrededor de su eje, y esta al rededor del sol...-

 

-y el sol alrededor de la galaxia!- grito emocionada al captar la idea del lema del Nautilus -todo está en continuo cambio y movimiento, incluso el presente que mantiene a todos recluidos en el "aquí y ahora" está en perpetuo movimiento convirtiéndose enseguida en pasado, mutando a cada pensamiento, volviendo al pasado un tirano que no regresa nada, y al futuro en una mera incertidumbre de la que nada se espera más que el cambio- en resumen, una filosofía, una forma diferente de percibir la realidad.

 

-Así es señorita García, esa es la poesía del movimiento- remato su discurso Nemo, los ojos de Isabella recorrieron el salón admirando todo como un solo objeto, que a pesar de creer que son inmóviles, aun las estatuas de mármol rosa en su eterna pose, en realidad se movían por la naturaleza misma de la existencia, dotándolas de una vida que nadie había notado, ni siquiera la propia Isabella que quedó fascinada con el concepto de no importa si crees que esta inmóvil, en realidad se mueve y viaja siempre a un desconocido destino.

 

-capitán, ¿me permitirá reconocer en usted a un artista?- dijo Isabella.

 

-lo lamento señorita, solo soy un mero aficionado- dijo Nemo mientras se paraba en el centro de la habitación -un mero coleccionista que cuando sus ojos veían algo hermoso no podía evitar desear tenerlo-

 

-¿usted reunió toda la colección del Nautilus?-

 

-sí, absolutamente toda, de colecciones privadas al rededor del mundo, y algunas de manos del propio artista, aunque mi orgullo es mi colección de maravillas naturales, ya que cada pieza fue arrancada de las profundidades marinas por estas manos, y de ser necesario, puedo obtener sin problemas material para este taller del mar- el orgullo en la voz de Nemo era inconfundible al hablar de sus colecciones naturales, quizás mas que por las artísticas.

 

-entonces, ¿es admirador del arte moderno?- dijo Isabella mientras comprobaba que las pinturas de esa habitación y del pasillo eran de reciente manufactura.

 

-¿Moderno dice usted señorita Isabella? Para mí en realidad todos estos grandes artistas son contemporáneos los unos de los otros, aunque tengan más de 500 años entre cada uno de ellos o aún más, como podrá comprobar en mi colección tengo artículos de naves griegas, romanas, fenicias y hasta francesas, para mí todo eso es igual, recuerdos dejados atrás de una civilización que desapareció en las llamas del tiempo, el día que el Nautilus se sumergió por primera vez, se escribió el último libro, se compuso la última hermosa melodía, y se escribió el ultimo poema, incluso fue publicado el ultimo diario con las ultimas noticias de aquella mítica leyenda llamada humanidad- nuevamente Nemo la confundía, hablaba de la humanidad como si la odiara pero añorando algo que solo tuvo cuando sus plantas pisaban la tierra firme en medio de aquella "civilización perdida" llamada humanidad.

 

-pero nosotros estamos aquí- dijo Isabella para traerlo de regreso.

 

-es verdad, mensajeros de un mundo perdido, ¿valdrá la pena escuchar lo que tienen que decir?- quizás no la escucho, o quizás el hablo para sí mismo, quiso preguntarle más pero Nemo salió por la misma puerta por la que entro, pero una idea germino en la cabeza de la pelinegra.

 

-es un ingeniero, un explorador, y un aventurero- repaso las cualidades que identifica en el capitán Nemo -pero, ¿para que querría un ingeniero un taller artístico?- dijo mientras sus dedos acariciaban unos abandonados pinceles con restos de la pintura de su último trabajo artístico, su vista se perdió en aquel cuadro del Nautilus buscando la firma del autor, solo encontró una rara o más bien cursi firma, un corazón con unas iniciales, "A" y "N" perdida en una esquina.

 

Durante un par de días no hubo noticias de Nemo, ni Phineas ni Isabella, ni siquiera Ferb Land lo había visto, tampoco nada sobre la tripulación del Nautilus que a pesar de su tamaño parecía necesitar un mínimo de personal, los únicos a los que veían con regularidad eran al camarero y al segundo de abordo, y con ninguno podían hacer platica, el camarero, que también era el chef, sospechaban que era mudo y sordo, y el segundo, solo hablaba en aquel raro idioma que no lograban identificar, los demás, brillaban por su ausencia, tanto que Ferb Land sospechaba que serían también obra eléctrica del capitán, mientras seguían navegando al sureste, una mañana al entrar a la biblioteca los paneles estaban cerrados, Phineas fue a tratar de abrirlos pero encontró sobre el globo terráqueo una carta con la "N" marcada y dirigida a él.

 

"Señor Phineas Flynn.

 

   Abordo del Nautilus.

 

Mediante la presente se le hace la atenta invitación a acompañar al capitán a una expedición de caza en los bosques de su propiedad en la isla de Crespo, siéntase el la libertad de llevar a sus acompañantes si estos así lo desean"

 

-¿Una expedición de caza?- pregunto Isabella.

 

-eso parece- dijo Phineas mientras trataba de entender el significado de aquella carta

 

 -¿en sus bosques en la isla de crespo? Pensé que al capitán no le gustaba bajar a tierra firme-

 

-pero no te preocupes Isabella, por lo regular en tierra firme una expedición de caza solo significa ir a perder el tiempo en el bosque, es raro capturar algo que no sea un resfriado- pero la tranquilidad relativa que le daba el saber que su mala puntería no le dejaría dar en un elefante en un circo se fue al ver como Ferb Land ya estaba jugando con su arpón como si fuera un rifle haciendo ademanes de preparar los más exquisitos cortes de carne de venado, o quizás jabalí, unos conejos no le caerían mal, unos buenos trozos de carne para variar la comida de abordo son bienvenidos para él, y no se esforzó en disimular que ya fraguaba un plan de escape en aquella isla para librarse de una vez por todas de su cautiverio, Phineas se dejó llevar por su curiosidad y salió en búsqueda de Nemo en su camarote, paso la escalera y se dirigió a la proa, casi en la punta estaba el camarote del capitán, llego y toco la puerta.

 

-adelante- se escuchó desde el interior, Phineas abrió la puerta y entro al camarote, a diferencia del suyo y el de Isabella que eran contiguos y bien equipados, el de Nemo estaba aislado y era bastante espartano, solo una mesa de trabajo, un banco y un camastro, solo un cuadro era el único adorno de la habitación colocado al pie del camastro que quedaba oculto al abrir la puerta -¿ocurre algo señor Flynn?- dijo Nemo sin dejar de escribir en su bitácora.

 

-¿una expedición de caza?- pregunto preocupado Ohaio.

 

-Sí, así es señor Flynn- contesto Nemo sin molestarse en levantar la vista.

 

-¿porque capitán? ¿Porque ahora?-

 

-La isla de crespo esta en nuestra ruta, y según recuerdo, la cacería era una actividad común para los habitantes de la superficie, les sirve como una actividad des-estresante y recreativa según recuerdo- dijo Nemo.

 

-¿No teme que Ferb Land trate de fugarse? Pensé que usted no pisaba tierra firme-

 

-no se preocupe señor Flynn, que si lograra "escaparse" bien valdría la pena ver como lo hace- al notar el rostro confundido de Flynn Nemo mojo la punta de su pluma en el tintero -mañana tendrá todas las respuestas a sus preguntas y se llevara una sorpresa- ese fue el final de la conversación, Flynn regreso a la biblioteca intrigado por la respuesta de Nemo, y emocionado, ¿otra sorpresa por parte del capitán? Ya ardía en deseos de que fuera mañana, fue y busco la isla de Crespo en el mapamundi, al ver el pequeño punto se dio cuenta de porque Nemo iría allá, lejos de las rutas marítimas habituales y prácticamente desierta, aunque contagiado por el entusiasmó de Ferb Land la idea de la fuga entro en su mente, vio de reojo el reloj, y ya eran  las 10:00 pm, bueno, hora de descansar, mañana será un gran día.

 

A la mañana siguiente el Nautilus permanecía inmóvil a solo diez metros de la superficie del mar descansando sobre el fondo marino, Ferb Land esperaba en la biblioteca mirando por la ventana esperando a que empezarán a subir a la superficie para dirigirse a la isla y comenzar a ver sus opciones de escapatoria, aunque en este momento este más concentrado en lograr cazar algo a que hincarle el diente, Isabella y Phineas lo veían algo preocupados, incluso pudieron distinguir con claridad como él estaba "preparando" un bistec con una guarnición de quien sabe que desconocidas plantas que cosecharía en la isla, pero plátanos, leche de coco y pulpa de coco eran bastante reconocibles, era eso o quizás un postre de "sesos de mono" al ver la ansiedad que le daba al peliverde la próxima cacería y el disfrutar de la carne de sus presas un velo de preocupación cubrió sus rostros, si de alguien habría que temer que cayera en la antropofagia a estas alturas era de Ferb Land, en ese momento Nemo entro en la biblioteca.

 

-Buenos días caballeros, señorita Isabella ¿están listos?- dijo Nemo a sus invitados.

 

-Por supuesto capitán- dijo Phineas emocionado -¿llegaremos a algún puerto que le sea familiar?-

 

-Algún puerto ha dicho señor Flynn?-

 

-sí, un puerto, para desembarcar ¿o el Nautilus también puede salir y andar en la superficie como si fuera un anfibio? no debe de ser muy difícil crear algo con ruedas que pueda cargar al Nautilus y llevarlo fuera del agua como si fueran una sola pieza- decía el pelirrojo mientras el rostro de Nemo no supo expresar la emoción que tenía, ni siquiera a él supo si era admiración lo que sentía ya que nunca imagino hacer que su Nautilus se adentrara a tierra firme.

 

-lamento decirle que no habrá puerto alguno señor Flynn ni el Nautilus entrara a tierra firme-

 

-¿no habrá puerto? Entonces, ¿el Nautilus tiene algún bote para estos casos?-

 

-bueno, es verdad que el Nautilus tiene una canoa que yo diseñe...-

 

-¡Fabuloso!- dijo entusiasmado Phineas -entonces ¿solo esperaremos a subir a la superficie para ir a sus bosques capitán?-

 

-si fuéramos a usar mi canoa, no haría falta señor Flynn subir a la superficie, solo subir por una escalerilla y entrar en ella...-

 

-¿es un mini-Nautilus?- pregunto Isabella al imaginar la canoa del capitán.

 

-¿Un mini Nautilus? En verdad los vengo a conocer muy tarde, ustedes habrían sido de mucha ayuda al diseñar y construir el Nautilus, pero solo es una humilde canoa con una puerta doble pegada al casco con unos pernos y nada más, solo entro, la cierro, me desacoplo del casco y floto hasta la superficie- dijo Nemo mientras en su mente comenzaba a fraguarse la idea de un mini Nautilus, pero fue interrumpido por Ferb que ya ansiaba subir a la canoa -de hecho maestro Ferb Land, iremos a pie-

 

-¿A pie?- repitieron en coro Phinbella.

 

-si a pie, y debo de señalar que no se preocupen, no nos mojaremos, ni nos ahogaremos, será ¡Una expedición de caza submarina!- el ánimo de Ferb Land decayó al oír a Nemo, ese sujeto debía estar loco, ¿caminar bajo el agua sin mojarse ni ahogarse? ya sabía el que ese sujeto era un maniático, Olvidando sus ansias de ir de cacería regreso a su camarote bastante molesto, afortunadamente Isabella nunca se enterara de las maldiciones soltadas por el peliverde en su salida de la biblioteca.

 

-Por supuesto que hablo en serio, incluso usaremos rifles y municiones de... ¿No ira maestro Ferb Land? Es una pena, pensaba que usted de todos disfrutaría mas de esta experiencia, ¿Y ustedes?-

 

-Listos para marcharnos Capitán- dijo Isabella adelantándose a Phineas, el Capitán Nemo los guio por el pasillo hasta el cuarto de máquinas en la popa del Nautilus, justo atrás del misterioso corazón del Nautilus, era extraño pero apenas había recapacitado en ello, la cubierta de "en medio" conectaba a todo el Nautilus, era necesario salir a ese pasillo para ir de la proa a la popa, incluso de cubiertas superiores bajaban a esta, al pasar por el "corazón" Flynn lo observo con detenimiento, era una enorme esfera de la que entraban o salían cables y mangueras por todas partes y ocupaba las tres cubiertas del submarino, al observar la forma, se le ocurrió que en su interior debía existir una tremenda presión ya que la esfera es la mejor para soportar una increíble fuerza que haría explotar...

 

 ¡ESO ES-!- Grito Phineas- -el casco interior del Nautilus son esferas!- Nemo fingió no escucharlo, pero estaba feliz que lo dedujera, por fin llegaron hasta la cámara anterior a las flechas de las hélices del Nautilus, justo entre las dos, se encontraba una habitación especial, colgados de las paredes habían unos trajes hechos de un material similar al caucho que cubrían el cuerpo de quien lo usara desde los pies hasta los hombros donde unos anillos de bronce lo cerraban herméticamente con unos raros cascos esféricos que debían ser colocados con la ayuda de dos marinos, un cinturón con pesas y otras más colocadas en los pies, una lámpara en el lugar de la hebilla y a cada quien su respectivo rifle, para los ojos de Phineas era bastante claro que el capitán los había modificado para funcionar bajo el agua, en lugar de pólvora, usaban aire comprimido para impulsar las municiones que parecían unos pequeños balines de cristal, se habría quitado el casco para preguntar exactamente cómo funcionaban pero el agua había comenzado a subir, mientras había estaba concentrado en el arma los habían llevado a otra habitación cilíndrica contigua y cerrado la puerta, cuando esta se llenó por completo, el capitán abrió una escotilla que daba al exterior y arrojo una escalera de cuerdas por donde comenzaron a bajar.

 

Al llegar al fondo Nemo les hizo indicaciones de que lo siguieran, a Flynn le agrado ver que el traje era a falta de otra expresión, perfecto para la expedición, era cómodo y daba una amplia facilidad de movimiento, el peso que sería excesivo en tierra, bajo el agua les permitía dar saltos aún más largos que el promedio humano, en uno de los acostumbrados adelantos de Isabella en sus excursiones noto que también les habían colocado unos tanques conectados al casco con mangueras que les daban el aire necesario para respirar, antes de alejarse más, dio media vuelta y contemplo por primer aves al Nautilus en su totalidad, nadie lo culpara por creer que era una ballena, tiene una forma muy parecida a la de un pez, quizás un pez espada por la forma de la punta del mismo, el e Isabella disfrutaban del espectáculo que era el mar desde ese Angulo, aunque el fondo era arenoso y podían marcar sus huellas, estaba libre de vida, era más cercano al desierto que a los bosques prometidos, ya sabían gracias al Nautilus que la vida bajo el mar no es tan abundante como creen las personas, pueden pasar días completos navegando por zonas libres de peces, ¿sería este el caso? En eso estaba cuando noto que habían comenzado a bajar más y más hasta que inicio a subir por una pendiente, quizás se acercaban a la isla, aunque, si salían a tierra, ¿cómo se quitarían y pondrían los trajes ellos solos? Frente a ellos Nemo caminaba junto del único Nemonauta que nos acompañaba, ¿Bastaría solo con ellos dos? Antes de comenzar a pensar de más las cosas el suelo comenzó a cambiar, dejo de ser arenoso y cambio a ser arcilloso, Nemo y su acompañante comenzaron a desaparecer frente a sus ojos, sin duda habían llegado a la cima de una colina submarina, Izy se detuvo en la cima y podía ver como trataba de gritarle algo, pero no la podía escuchar, se apresuró a llegar donde ella, y el valle frente a él era como si fuera un mundo alienígena, efectivamente había un bosque, un bosque de algas enrolladas entre si tan grandes como un abeto anciano, sin perder de vista a Nemo y su acompañante comenzaron a internarse en lo profundo del bosque, uno tan denso como una selva tropical que hizo necesario encender las lámparas mas de una vez para ver por donde se caminaba, la luz del sol por entre las algas llenaba los espacios de espectáculos multicolor, los peces tornasol, rojos, amarillos, azules y plateados nadaban de un lado a otro como si fueran parvadas de pájaros saltando de un lado al otro, grandes mantarrallas volaban sobre el bosque como águilas gigantes, ojala ellos se pudieran comunicar como lo hacía Nemo a base de señales con su compañero, tenía tanto que quería contarle de lo que veía a Isabella, tantos detalles, tanto que decir, pero solo veía su sonrisa tan amplia y brillante por las ventanillas del casco que sentía la felicidad de ella aun atravesó del silencio abismal, algo se movió entre las sombras, algo se movió y puso en alerta a Nemo que les ordeno que se agacharan, Phinbella se agacharon juntos y apretaron sus rifles en sus manos preparándose para defenderse de los habitantes de aquel bosque submarino que como este eran probablemente igual de grandes, Nemo bajo su rifle y les indico que todo estaba bien, apenas se levantaban cuando un grupo de seis langostas salió de las sombras y atravesó el sendero que seguían, Nemo las observo y tomo unas de ellas, las más grandes, apartando las hembras, cuando la más grande pareció querer dar pelea, se las mostró preguntándoles si la querían,  esta noche cenaran langosta al estilo Nautilus, la caminata continuo con unas confundidas langostas que desconocían su futuro, quizás habrían pasado tres horas cuando la expedición se detuvo  en un claro, y ya era el momento de un descanso, desafortunadamente no podrían hacer un picnic ni platicar, a cambio recargo su casco en el de Isabella esperando poder platicar, pero estaban muy cansados, Ohaio busco al capitán, pero él y su compañero  ya estaban recostados en el suelo dejándose llevar por el  sueño, al final fue bueno que Ferb Land no los acompañara, a estas alturas ya estaría tratando de llegar a la superficie, aunque si habría sido divertido ver como lo intentaba, el e Isabella imitaron a sus guías y disfrutaron dormir en este paraíso secreto, un magnifico rincón del mar que solo ellos dos conocerán.

 

Saludos amigos, lamento la demora, pero cosas que pasan atras del teclado que me han tenido bastante ocupado por un buen rato, pero, creo que les dejare algo interesante para leer, ojala les guste.

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draoptimusstar2's avatar
el océano la mas grande bellas de nuestro planeta y ya tengo algunas sospechas del capitán.

el mas grande de los misterios el mar